Expiación...
Eso es lo que sientes, pues la culpa y la crítica llenan tu afligido corazón. Por favor, deja que mis palabras sean un bálsamo sanador para ti: Tu no eres culpable de nada
Si supieras lo que yo se, si pudieras ver tu vida desde mi ojos, aunque tan sólo fuera por un instante, verías las implicaciones que contiene, podrías entender las relaciones y las razones de los sucesos que has vivido y como han influido en los demás.
Vengo a decirte que sueltes esa impronta de dolor autoinflingido. No puedes actuar ni decidir por otros, tan sólo por ti. Por ello no te culpes por las circunstancias que han podido golpear tu vida o la de tus seres queridos.
No hay culpa, tan sólo hay circunstancias. Hay veces en que un gran dolor oculta una gran liberación, a un nivel que ahora no puedes comprender. No lo intentes, llegará el día en que lo harás, pero no es ahora.
Querido mío, deja que te cubra con mi manto de amor y comprensión por unos días, para ayudarte a sanar tus heridas y a transmutar todo el dolor que has llevado contigo hasta el día de hoy.
Aquí estoy y así es.